Entre más temprana la edad en que se comienza a trabajar con el ser humano en el desarrollo de capacidades o habilidades, más amplia es su posibilidad de tener éxito en integrarse a la sociedad y generar un bienestar emocional y económico para su vida.
El concepto de ‘agencia’ significa que una persona o grupo de personas son capaces de entender, visualizar y gestionar para alcanzar lo que ellos quieren en la vida. Hay diferentes modelos de ‘capacidades’; que se define como la preparación para poder llevar a cabo la realización del objetivo de tener un vida plena, digna y sostenible. Con los NNA, venimos utilizando las ‘Habilidades para la Vida” de la OMS (Organización Mundial para la Salud). A lo anterior, sumamos el modelo de Amartya Sen y Martha C. Nussbaum y James Heckman para complementar el trabajo.
Las capacidades cognitivas, entendidas como CI puro, la capacidad de razonar de una forma aguda, son relativamente fluidas hasta los 10 años y luego se vuelven relativamente inflexibles. Podemos aprender más, pero el rango entre el más brillante o el menos brillante, se mantiene más o menos estable por el resto de la vida. Lo que hemos aprendido también es que las capacidades no cognitivas, como habilidades socio-emocionales, la capacidad de comunicar, aspectos de autocontrol, aspectos de lo que podamos pensar como habilidades personales, también resultan ser mucho más flexibles, mucho más fluidas, y se desarrollan después, en forma más tardía, en el ciclo de nuestras vidas, se desarrollan hasta los 21 años.
No es el ingreso que tiene la familia cuando el niño tiene 18 años, tampoco es el ingreso que tiene la familia a los 15 el que es más importante. Lo que es más importante, lo que domina al momento de determinar quien va o no a la escuela, son las capacidades cognitivas y no cognitivas. Y este es un descubrimiento sumamente relevante, el cuál realmente nos permite orientar cómo hacemos las políticas públicas. Por lo tanto, al pensar en promover la educación, no se trata solamente de mejorar el sistema escolar, sino que pasa también por mejorar a los niños que van a la escuela, creando capacidades, facilitando el funcionamiento de la escuela.
“La economía y psicología del desarrollo humano en contextos de inequidad, JAMES J. HECKMAN University of Chicago”.
Como ejemplo, en un estudio realizado en el sur de los EEUU, se observó en familias viviendo en pobreza o condición de vulnerabilidad, los niños de 6 años apenas reconocían 200 palabras mientras que en familias de los estratos altos, los niños de la misma edad reconocían 865 palabras, “Schools, Skills, and Synapses” James J. Heckman.
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